Sientate. Espera. Aguarda un poco más. Piensa.
Vuelve a relajarte. Qué si!!Esperate un rato.
Piensa en ese momento. En ese instante en el que fuiste increiblemente felíz.
Sonrie, pero aguarda. Aguarda un rato más y sigue en ese momento.
Sonrie, y vuelve a sonreir.
Nunca sabemos cuando va a finalizar, pero tampoco cuando llegan esos momentos.
Un día de familia, alguna anectdota particular, alguna vivencia con alguien especial, un moemento con nuestra pareja, una mirada...
cualquier momento, cualquier situación.
Yo, no tengo poder para descubrir esos momentos, para ver cuando llegan. Pero reconozco que me encantaría parar el tiempo en muchos momentos.
Ahora es uno de ellos.
La calma, la paz, mi respiración, el silencio, el olor del mar. Mis amigas, tú, yo. Mi familia.
Un abrazo inesperado pero necesitado.
Una mirada cómplice desde la distancia, una carcajada compartida.
Una caña fresquita con limón frente a la playa..
Una noche clara. Un buen libro. Un cafe con hielo.
Aveces debemos pararnos, disfrutar de lo nuestro porque estamos tan agobiados en lo que haremos mañana, el finde, el mes que viene que nos olvidamos del hoy. De lo nuestro. De nosotros.
Pensarlo!
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