sábado, 10 de abril de 2010

el mar



"Quizás lo más importante en la vida es que los peces se parecen pero no son iguales."
Hoy me acabe el libro Bilbao-New York-Bilbao. El título del libro me llamo la atención, desde mi ciudad, a la ciudad de los mil rascacielos. Un viaje soñado, más que mio, el es viaje soñado de mi ama. El libro, más allá de lo que sugiere el título habla del mundo de los peces, de los pescadores y patrones que se pasan la vida en el mar. Es curioso, pero cierto. Hay gente que no tiene casa, y que vive en su barco, digo su barco, porque es en el que siempre salen a faenar, duermen en el mismo camarote oscuro, pequeño, pero con las cosas necesarias y vitales para su día a día. Este grupo minoritario, solo sale a tomar algo al bar del mismo puerto, rodeado siempre de conversaciones sobre la pesca, el mar, el tiempo...
Leyendo me imagine a algún señor entrado en años, con pelo blanco, camiseta blanca y por encima una azul de mayor tamaño a modo de chaqueta, un pantalón azul marino y las botas, siempre negras o azules. Al acabar el libro me quede pensativa, nostálgica porque el viaje que Uribe me ha ofrecido ha sido intenso, emocionante y interesante. Por ello no podía quedarme así. He cogido mis bártulos y me he dirigido a pasar un par de horas al puerto.
Hacía bueno, el sol resplandecía sobre el mar ofreciéndonos un reflejo a veces molesto, pero tremendamente agradable en días de vacaciones. Con mis zapatos de tacón rojos, mi vaquero y mi chaqueta roja he dado un largo paseo por el muelle, sin recordar que este tiene en la parte antigua unas hermosas maderas como suelo, que poseen, algunas de ellas, una separación de 2cm. Sí, habéis imaginado bien, mi zapato quedo enganchado en una de ellas. Intente sacarlo de varias maneras pero no lo logre. pasados unos minutos mi anciano imaginario, con bigote canoso salió de un buque pesquero y vino a recatar a mi zapato. Mientras le agradecí el gesto, estuvimos charlando un rato. El era uno de los pescadores que vive en su barco, que sueña cada día con rodearse de mar, llenar todo el camarote de lonjas de pescado fresco. Mientras me contaba su vida, pensé en como sería mi vida parecida a la de el, en su mismo ámbito. IMPOSIBLE. INIMAGINABLE.
Pero apuesto por su vida, apuesto por el. Por cierto, se llama Francisco Arteta. Hoy, gracias a él y a Uribe, detuve mi vida un instante para aprender, sin libros y sin apuntes, simplemente aprender del ellos, de su mundo y de su experiencia.Bloque entrecomilladoAprendí que detras de esos barcos, hay personas con miles de historias cada una de ellas diferentes, pero todas con un amante en común, el mar, los peces y todas esas redes.
Todos los peces se parecen, pero no son iguales. Todos los pescadores se parecen, pero no son iguales. Todos nosotros nos parecemos, pero no somos iguales. ¿Por qué no aprendemos de nuestros mundos, de nuestra vida,de nuestras experiencias?

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